sábado, 16 de mayo de 2015

Sábado 16 de mayo del 2015: (Lucía)

Tras dejar atrás a Sara y sus secuaces le dije a Mari:

-Creo que realmente sí quiero salir con él. Además si cortásemos los dos no seríamos tan tontos como para enfadarnos.

-Yo no te puedo aconsejar, no se me da bien. Si es lo que quieres, entonces vete al partido son las 11:45, te da tiempo.

-Tienes razón. Creo que sería mejor que fuese ahora, ya que con el talón así no puedo correr.

-Vale, luego me cuentas todo lo que quieras, que a la tarde solamente estaré dibujando y al final se me acaba cansando la vista. Adiós.

-Adiós, y gracias por haber venido.

-De nada.

Y así es como llegue al partido, me sobró un minuto antes de que empezase, pero llegue a tiempo. Me senté en una de las gradas más cercanas al campo y comencé a ver el partido. Se me izo un poco pesado, ya que estaba completamente nerviosa por lo que le iba a decir.

Al terminar el partido...

-Me alegro que te ayas decidido tan rápido Lucía.

-Tenía miedo de decir que si por lo que pudiera pasar con nuestra amistad.

-Sí, yo también lo había pensado, pero me parece que es lo mejor.

-¿Que quieres hacer?

-Pues no lo se. ¿Hasta que hora te dejan estar en la calle?

-Pues, mi padre me a dicho a las dos.

-Vale, si quieres podemos ir a mi casa. Tengo que darte tu regalo de cumpleaños atrasado.

-No hacía falta Xabi.

-Tú me regalaste ese balón tan chulo. Ahora me toca a mi.

-Bueno. Vamos.

Fuimos lentamente hasta su casa, ya que yo tengo el talón mal. Y entramos en ella. La madre nos saludo y me dijo:

-¿Que te ha pasado? Lucía.

-Me caí en clase de gimnasia y me he roto el alón de Aquiles.

-Pobrecita, ¿quieres que e traiga una silla para que apoyes es pie?

-No gracias, estoy bien.

-Vale.

-Mamá vamos a mi cuarto¿vale?

-Vale, ¿queréis algo de comer?

-No gracias.- Le dije.

Y me llevó hasta su cuarto. Tenía todas las paredes cubiertas de posters de los jugadores del Real Madrid, ya que ese era su equipo de fútbol favorito y también había un escritorio lleno de los libros de clase.

-¿Te gusta?

-Es muy bonito.- Le dije.

Abrió el armario que había en la parte derecha de su cuarto y sacó una bolsa.
-Ten.- Me dijo. Abrí el regalo y ¡me encontré una sudadera de color verde. Tenía una letras de color blanco que ponían: I love New York.

-Que bonita.

-Te la compré cuando fuimos a New York por vacaciones de semana santa. Pero no te lo pude dar porque nunca estábamos solos y como tampoco celebraste tu cumple, pues no te lo pude dar.

-Da igual lo tarde que lo des, lo importante es el detalle.

-¿Te a gustado enserio?

-Sí, gracias.- y le di un beso en la mejilla. No quería precipitarme.

-¿Te gustaría quedar por la tarde?

-No puedo, tengo que ir a hacerme una radiografía al hospital. Hablamos por Whassapp que me tengo que ir a casa y como no quiero llegar tarde tengo que ir 10 minutos antes de lo habitual.

-Vale, hablamos. Adiós.

-Adiós.- Y me fui.

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